Artículo en la Revista Amanecer dic 2012

APRETAR EN EL “PLAY”

 Con el mes de septiembre se suele poner fin a las vacaciones de verano y, el que más o el que menos, habla de iniciar un nuevo curso o un nuevo ejercicio empresarial. En la parroquia, cuando llega el verano, se entra en un “stand by” más aparente que real. Se suele poner un punto y aparte en actividades como Cáritas, ropero, Pastoral de enfermos, catequesis… pero la vida parroquial continúa, aunque se noten las ausencias de los que buscan un descanso reparador o un clima más llevadero que el de Madrid por esas fechas.

 Con la llegada del mes de septiembre, es necesario apretar el “play” y volver a la normalidad en todas las actividades pastorales. Las voluntarias de Cáritas y del ropero vuelven a la atención de la gente, los niños pueblan con sus carreras y alegrías las salas de la catequesis y así, poco a poco, la vida parroquial recobra su normalidad.

 El despacho de Cáritas abre sus puertas a la acogida durante tres días a la semana. Reciben y ofrecen ofertas de trabajo, ayuda alimentaria y económica. Las del ropero seleccionan y clasifican la ropa que trae la gente del barrio para después, una tarde a la semana, abrir el despacho para todos aquellos que se acercan con esa necesidad.

 En la catequesis tenemos, este año, ciento sesenta niños preparándose para la Primera Comunión, de ellos cuarenta y cinco recibirán en mayo, por primera vez, a Jesús en el sacramento de la Eucaristía; un grupo de catequistas “jóvenes” en edad o en espíritu desarrollan una labor esencial en la vida de estos niños.

 Los voluntarios de la “Pastoral de enfermos” se encargan de visitar, en parejas, a personas mayores o enfermas para tratar de aliviarlas en su soledad o en su enfermedad. Es un grupo pequeño, catorce voluntarios, pero muy entusiasta y que desarrolla una labor importantísima por el tipo de personas que ayudan.

 Hay otras actividades que requieren, también, una atención especial en nuestra valoración y que piden una mención al margen. No se trata de valorar el más o el menos, ni en cantidad o calidad, sino la implicación de varias personas en algo relativamente novedoso en la actividad parroquial. Por diversos motivos los cursillos prematrimoniales o “cursillos de novios”, como dicen algunos, nos hemos visto obligados a impartirlos cada parroquia del arciprestazgo alternando las fechas; para ello recurrimos a matrimonios amigos y allegados a la parroquia que estuvieran dispuestos a echar una mano, o las dos, en esta tarea. Desde el principio nos sorprendió, no porque dudáramos de ella, la buena disposición de todas las parejas a las que recurrimos. Rafael y Milagros,  Antonio y Montse, Fernando y Elena, Ángel y Lourdes, José Luis y María Antonia, Miguel y Nati, Nacho e Isabel, Iván y Marta, matrimonios de todas las edades y condiciones profesionales y personales que pusieron manos a la obra incondicionalmente en la bonita tarea de ayudar a los futuros esposos. Tres cursillos hemos tenido ya y todos han resultados igual de interesantes. Las parejas, con mayor o menor número en cada curso, que podían venir, en un principio, porque “así lo exige la iglesia para poder casarse”, “porque nos han dicho que es obligatorio para completar el expediente”, terminan sumamente agradecidos por la ayuda recibida. No se trataba de de dar recetas mágicas o soluciones maravillosas para el matrimonio (y eso que entre los matrimonios hay médicos, economistas, profesores, o gente de leyes) sino que, hablando desde el corazón y con el corazón en la mano, se compartían  experiencias vividas que pudieran ayudar a mantener un compromiso de vida confirmado con el matrimonio ante Dios y su Iglesia.

 Otra actividad que quiero resaltar, esta vez por la importancia que tienen a quien se dirige, es la Campaña de Reyes: “Ningún niño sin sonrisa”. Son ya varios años en los que un grupo de jóvenes de la parroquia se encargan, como dice el lema, que, a ser posible, ningún niño se quede el día de Reyes sin su juguete o regalo. Esto implica todo un año de recogida de juguetes, de revisarlos y ponerlos a punto para que el día 6 de enero, los Reyes Magos puedan acercarse a la parroquia y atender a todos los niños que hayan escrito la carta o que, sin escribirla, se acerquen esa tarde por aquí. El año pasado fueron ciento cincuenta y nueve niños los que salieron por las puertas con una enorme sonrisa en sus caras, este año esperamos que sean más por la situación en la que vivimos en nuestra patria. No importa, los Reyes son muy generosos y espero que traigan regalos para todos. Para poder realizar la “campaña”, además de contar con el grupo de jóvenes que trabajan durante todo el año, ese día contamos con algunos voluntarios que quieren hacer de “pajes”  para ver la sonrisa de los niños. Pero todo esto sería imposible si no contáramos con la colaboración generosa de empresas y particulares que nos ayudan desinteresadamente.  

Una vez que se da el “play” en el “mando” de la actividad parroquial, resulta difícil volver a dar el “stand by” y mucho más difícil apretar el “stop”. Son tantas las satisfacciones y los agradecimientos que hay que repartir y tanta la gente que es protagonista de estas “series”  que uno prefiere perder el “mando”  para hacerse uno más entre todos.

Los que quieran estar informados de la vida parroquial, sólo tienen que asomarse a la ventana que hemos abierto recientemente, las puertas siempre han estado abiertas, en el mundo del Internet. Podéis visitar nuestra página web: www.rosariodefilipinas.com y, lo que es más importante, podéis ser, a través de ella,  aún más protagonistas de la vida de cada día.

Julio Saavedra O.P. (Párroco)

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